Si recordáis el último cartel que protagonizó este blog, también convocaba a una manifestación el 28 de febrero de 1988. Vamos que fue un día cargadito. Además, yo creo que más de un convocante lo hizo para los dos eventos a la vez.
En esta ocasión, una ilustración tétrica, más tenebrosa que tenebrista con dos calaveras y dos bichos radioactivos sobrevolando un trozo de geografía que, entiendo, es..., ni idea. Debería ser Cáceres o Guadalajara, pero soy incapaz de descifrarlo.
Como queda claro, la idea era paralizar las centrales nucleares de Trillo y Zorita. Pero parece que la cosa no cuajó. Y por las intenciones que voy viendo en Zapatero, que rectificar, rectifica, incluso sus rectificaciones; y el ministro Sebastián que tampoco le veo claro yo en la cosa nuclear..., me temo que hay Zorita y Trillo para rato. Si no más.
No olvidemos que, lógicamente, detrás de éstas están los que nos suben la factura. ¿No se había liberalizado la cosa eléctrica, por cierto? Ámbas centrales están operadas por la sociedad Centrales Nucleares Almaraz-Trillo (CNAT) gestionadas así:
Iberdrola (51,2%)
Endesa (23,3%)
Unión Fenosa (19,3%)
Hidroeléctrica del Cantábrico (5,5%)
Nuclenor (0,7%)
La gente es que es muy exagerada con lo de la energía nuclear. La central de Trillo empezó a funcionar en 1987 y, por ejemplo, sólo ha dado algunos sustillos. El 31 de enero de 1992, se produjo un suceso que afectó a un elemento esencial del sistema de refrigeración de emergencia, siendo calificado por el CSN como de nivel 2.3. En el año 2009 se notificaron al CSN siete sucesos. Todos ellos fueron clasificados como nivel 0. O sea, nada.
La de Almaraz empezó a construirse en 1972 y empezó a funcionar en 1983. Os pongo unas líneas la Plataforma Antinuclear Cerrar Almaraz (PACA) y Coordinadora de Ecologistas en Acción Extremadura.
"En caso de que se produjera un accidente grave en la Central Nuclear de Almaraz, la evacuación y atención adecuada de la población afectadas son imposibles. Nunca se ha hecho el demandado estudio epidemiológico de la zona. Nadie contabilizó el gran número de abortos que se produjeron en el Hospital de Navalmoral de la Mata, municipio contiguo a Almaraz, tras la fuga radiactiva del 13 de julio de 1988. Después de pagar durante décadas en el recibo de la luz esta energía insostenible (ni siquiera económicamente), ahora ponen precio a nuestra salud y seguridad (600 millones de euros) por alargar la vida a unas centrales nucleares viejas, cascadas, súper explotadas y amortizadas para poder sacar más dinero y construir la refinería de petróleo en Tierra de Barros acompañada de cuatro centrales térmicas en esta comarca de la provincia de Badajoz".
Qué lástima. Con la de Sol, la de viento y la de mar que tenemos, la energía y empleos limpios que podría tener este país. Y la de Investigación y Desarrollo que podíamos realizar sobre estos asuntos. En fin, el cartel era fuertecillo.